El patriotismo como cura del nacionalismo (intervista El Mundo)


Mientras que los enemigos del patriotismo son la tiranía y la corrupción, el nacionalismo combate la heterogeneidad y el pluralismo; mientras la patria es una institución moral y política, la nación se reivindica como hecho natural. Ésas son las ideas centrales de Por amor a la patria, obra clave del historiador político italiano Maurizio Viroli (Forli, 1952) que acaba de reeditar Deusto. Viroli, profesor emérito de Teoría Política en la Universidad de Princeton y la Universidad de Texas, invita a distinguir en este libro ya clásico entre patriotismo y nacionalismo: el primero, dice, invoca el amor hacia las instituciones políticas que sostienen la libertad común; el segundo, por el contrario, refuerza la homogeneidad lingüística, étnica y cultural. Por amor a la patria llega a las librerías españolas en un momento propicio, cuando patria y nación son dos conceptos usados a diario por partidos políticos de todos los colores.

P. Por amor a la patria puede ser leído como una historia intelectual del patriotismo. Sin embargo, también es un libro publicado tras la gran crisis política que terminó con el sistema de partidos italiano en los años 90. ¿El libro no representa también una toma de posición política?
R. Cierto. El objetivo que perseguía era político pero, sobre todo, de educación cívica. Quería decir a mis compatriotas italianos, y al público en general: «El verdadero significado del patriotismo tiene que ver con una larga tradición de pensamiento político fundado sobre el principio de la libertad». Por eso quería recabar del pasado el significado que sostengo más auténtico y verdadero del patriotismo para contraponerlo al nacionalismo, que comenzaba a ser cada vez más fuerte.
P. Parece además una clara invitación a la izquierda a asumir el concepto de patriotismo.
R. Efectivamente, el libro estaba dirigido a la izquierda. Pero no sólo la italiana, sino también la europea y a la americana. Considero que uno de los errores más trágicos, y subrayo trágicos, que la izquierda ha cometido en el pasado, y continúa cometiendo, es creer que el patriotismo es un idea que pertenece en exclusiva a la derecha. La izquierda ha dejado el terreno libre a la derecha para presentarse como la verdadera defensora de los valores nacionales. Un error de consecuencias terribles para Europa. Por ejemplo, el mismo nacimiento del fascismo en Italia se debe, en buena medida, al error cometido por la izquierda despreciando el patriotismo.
P. ¿En qué se diferencian la relación del patriotismo y el nacionalismo con la historia?
R. Los patriotas y los nacionalistas miran al pasado de forma distinta. Los primeros buscan mitos y héroes de libertad y justicia, los segundos de fuerza y potencia. Mussolini reivindicaba el Imperio romano; los patriotas italianos de la Resistencia la libertad de los municipios del medievo y reivindicaban a Mazzini, que quería una patria libre entre patrias libres.
P. En Por amor a la patria está muy presente la huella de Maquiavelo. ¿En qué medida su reflexión sobre el patriottismo depende de su trabajo sobre el pensador florentino?
R. Maquiavelo quería ser considerado, sobre todo, como un patriota. En una de sus últimas cartas, de 1527, cuando Italia estaba a punto de caer bajo fuerzas extranjeras, escribió «Amo mi patria más que a mi alma». ¿Qué entendía por patria Maquiavelo? Pues entendía la libertad común de un pueblo. Tenía la concepción republicana clásica de la libertad. Por supuesto, por tanto, que Maquiavelo está en el origen de mi reflexión sobre el patriotismo. Y aún sigue guiándome. Porque hoy, en el mundo en el que vivimos, si existe alguna posibilidad de vencer a la ola de nacionalismo que emerge con fuerza en todo el mundo, fíjese que aquí en EEUU Trump ha afirmado «Whats wrong with nationalism» («Qué problema hay con el nacionalismo»), será a través del redescubrimiento del patriotismo que nos enseña la tradición republicana.
P. ¿Cómo interpreta el actual momento político?
R. El populismo es un nacionalismo presentado con nuevas palabras. Como los nacionalistas históricos, también los populistas se presentan como los defensores del pueblo entendido como comunidad homogénea que debe ser protegida frente al pluralismo cultural y la inmigración. Me preocupa mucho ver que los nacionalistas se van fortaleciendo en el mundo mientras no veo líderes políticos con autoridad que sepan usar con propiedad el lenguaje del patriotismo, el único que puede vencer al nacionalismo.

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